La OTAN apunta a Rusia y China. La Alianza Atlántica nació hace siete décadas en un contexto de Guerra Fría con el bloque soviético, y con la caída del Muro de Berlín se centró en Oriente Próximo para, ahora, volver a mirar a Rusia y, aún más lejos del Atlántico Norte, a China. Son las principales preocupaciones geoestratégicas del mayor contribuyente, Estados Unidos, pero también del G7, como se ha expresado este fin de semana; y de la UE, como se verá este martes en la cumbre con el presidente estadounidense, Joe Biden.