Un aeródromo privado de Suiza ha sido el lugar elegido para la última gran protesta de activistas climáticos, que han desplegado una estructura de madera y después varios se han colgado de ella. El aeropuerto es uno de los empleados cada año por los centenares de asistentes al Foro Mundial de Davos y este lunes han sido recibidos por el movimiento Deuda por Clima con carteles que defienden que el mundo "ya no se puede permitir" al 1% más rico.
Las autoridades suizas han señalado que la acción no ha tenido impacto sobre el tráfico aéreo de Alterrhein, situado 120 kilómetros al norte de Davos, pero el mensaje de Deuda por Clima sí ha despegado en las redes sociales, donde culpan al 1% más afluyente de las consecuencias, tanto económicas como ecológicas, de la crisis climática.