Horst Dassler es un desconocido para gran parte de los aficionados al fútbol actual. Sin embargo, su manera de entender la generación de ingresos televisivos para la FIFA cambió por completo cómo el seguidor se sienta en su salón a ver los partidos de su selección. Hoy, cuarenta años después, este negocio supone para el órgano regulador del fútbol mundial la principal fuente de ingresos de cara a su cita más importante y también uno de los principales focos de corrupción de las competiciones de la FIFA.