El departamento colombiano del Cauca, donde esta semana fueron asesinadas nueve personas en dos matanzas, es un campo minado para los defensores de derechos humanos, diez de los cuales perdieron la vida en esa región en el primer semestre del año, según un informe divulgado este sábado.
El Cauca, situado en el suroeste, entre la costa del Pacífico y la cordillera de los Andes, es quizás el departamento donde más se ha recrudecido el conflicto armado tras la firma del acuerdo de paz con las FARC, que este mes cumplirá tres años, y los defensores de derechos humanos han quedado en medio de las balas de los diferentes grupos que operan en la zona y que se disputan tierras para el narcotráfico.
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