Año y medio de guerra empieza a hacer mella en el apoyo de los socios a Ucrania y más si en menos de un mes se celebran unas elecciones. El Gobierno de Polonia, en manos del partido ultranacionalista Ley y Justicia, ha pasado de ser el más vocal en el sostén a Volodímir Zelenski a abrir una enorme brecha dentro de la UE saltándose, unilateralmente junto a la Hungría de Viktor Orbán y Eslovaquia –que también tiene comicios en unos días– el levantamiento a la prohibición de venta del grano ucraniano.