Un diputado y exministro habla con una consultora de Corea del Sur para incorporarse como miembro de su consejo y así asesorar a la empresa sobre cómo sus clientes pueden influir en el Gobierno británico. El político ya tiene varios trabajos al margen de su cargo público, pero está dispuesto a aceptar otro más a cambio de recibir 10.000 libras al día (11.400 euros). Hasta aquí nada nuevo ni que se salte las normas del Parlamento británico.