Cuando en 1904 el filántropo norteamericano Archer Milton Huntington abrió las puertas de la Hispanic Society of America en Nueva York seguramente no imaginaba que su gran proyecto —dedicado a conservar y difundir los valores hispanos en Estados Unidos— superaría el siglo de vida y llegaría hasta nuestros días. Pero quizá tampoco que, alcanzado el momento, los tesoros españoles que había logrado reunir durante décadas se expondrían a un “grave peligro”, tal y como acaban de denunciar los trabajadores de la institución, debido a una cuestionable gestión del patrimonio y a la excesiva carga de trabajo que soporta una reducida plantilla que ha visto desaparecer puestos clave en los últimos años.