"De ninguna manera permitiré más meses de esto", había advertido el primer ministro Boris Johnson horas antes de que el Parlamento rechazase este martes la aprobación de la ley de salida de la UE con un trámite exprés de tres días cuando normalmente podría durar semanas. "Debo decir que la ley tendría que retirarse y tendríamos que ir a unas elecciones generales".
Johnson se ha jugado su capital político a una salida el 31 de octubre (con o sin acuerdo), pero el Parlamento se lo ha impedido una y otra vez –la última este martes–. Ahora tiene dos opciones: quemarse negociando la ley de salida en la Cámara de los Comunes por un periodo indeterminado o buscar nuevas elecciones.