"El virus ha quedado aquí en un segundo plano". Emilio Villarmea es uno de los 534 trabajadores que Alcoa quiere despedir en Lugo. El 2 de junio cumplió 46 años. Su padre, Tito, y su suegro, Paco, trabajaron en la planta de San Cibrao -en la que él lleva trece años- desde su apertura en enero de 1979, antes de la denominación actual tras su privatización en 1997.
La multinacional americana firmó el 25 de febrero de ese año el acuerdo de intenciones para la adquisición del grupo público Inespal, la industria española del aluminio, el cual se materializó poco después.
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