Pocos titulares de prensa y pocos análisis he visto sobre una de las noticias en mi opinión más interesantes de las últimas semanas. En el Barómetro de mayo pasado, el CIS les preguntó a los encuestados qué sentimientos les provoca la política. El propio instituto público de estudios sociológicos les daba once opciones, once términos concretos, y les pedía que eligieran dos de ellas, solamente dos.
Eran once términos muy expresivos, poco o nada ambiguos.