Han tenido que pasar 80 años para que Venecia tenga una mujer afroamericana en competición por el León de Oro. Una estadística vergonzosa que muestra que los festivales de cine han sido, durante demasiado tiempo, un asunto de hombres, y en su mayoría blancos. La mujer que ha logrado romper esa tendencia es Ava DuVernay, que tras sorprender con Selma y estrellarse en su salto al blockbuster con Una arruga en el tiempo vuelve al cine independiente con una apuesta que afronta un tema constante en su filmografía: el racismo.