El anuncio del adelanto electoral pilló al sector del cine negociando con el Gobierno las nuevas ayudas para la producción de películas. La convocatoria de elecciones para el 23 de julio, que cogió por sorpresa al sector, conlleva la disolución de las Cortes, por lo que se congela la tramitación de proyectos legislativos como es la nueva Ley del Cine, un texto que lleva tiempo peleando. La industria cinematográfica tendrá que esperar a la formación de un nuevo Gobierno, el cual deberá decidir si continúa su tramitación o empieza la ley desde cero, dejando en la cuneta meses de negociaciones y trabajo.