Todo empezó en el Festival de Cannes. Allí se presentaron dos de las películas que estaba claro que iban a marcar el año cinematográfico. Siete meses después se confirmaba en los premios del cine europeo. El duelo entre La zona de interés y Anatomía de una caída terminó en su primera ronda -en el certamen francés- con la victoria del thriller judicial de Justine Triet. Muchos creían que Berlín y los Premios del Cine Europeo podrían servir de escenario de la venganza de Jonathan Glazer y su apabullante visión del Holocausto y la banalidad del mal.