El primer impacto cuando llegas a un concierto de Juan Luis Guerra en el Palau Sant Jordi de Barcelona es una advertencia del controlador de accesos: “Si no tienes un Silver Hot Ticket o un Golden Hot Ticket, esta es la entrada”. Casi nadie tiene una de esas. El segundo impacto, ya dentro del recinto, es ese atronador discjockey que enlaza remezclas de Juan Luis Guerra en clave electrónica. No es especialmente sutil, pero gracias a él podemos rememorar delicias como Tus besos, que ya nunca forma parte del repertorio. El tercer impacto, una vez finalizado el pase del discjockey, serán cinco minutos con el sonido de las olas del mar.