Cuando era una niña, Penélope Cruz acompañaba a su abuela al parque y cantaba y bailaba como Raffaella Carrà delante de las señoras. Ya sabía que quería ser actriz y cuando podía, se transformaba en la artista italiana que era una estrella en nuestro país. No podía imaginar entonces que décadas después, convertida en una actriz internacional y con un Oscar en su poder, iba a convertirse de forma casi literal en la Carrà. Lo ha hecho en L'Immensitá, el filme que se estrena este viernes tras pasar por el Festival de Venecia y la Seminci de Valladolid.