La situación del Silicon Valley Bank (SVB) no era ningún secreto para los analistas. Era una entidad que funcionaba al revés: sus clientes tenían mucho dinero y el banco, no demasiada gente a la que prestárselo. Su dirección decidió invertirlo en bonos y la historia acabó mal cuando el golpe de la inflación obligó a acabar con la era de bajos tipos de interés. EEUU intervino la entidad un viernes después de que su situación se agravara. Al principio, los mercados recibieron la noticia con relativa tranquilidad.