Países Bajos tiene la tasa de homicidios más baja del mundo, tras reducirse a la mitad en las dos últimas décadas, pero registra algunos de los peores datos de violencia entre el crimen organizado, especialmente narcotraficantes, que encargan el asesinato de miembros de bandas rivales, abogados, testigos y periodistas.
El asesinato a tiros de Derk Wiersum en 2019 y de Ridouan B en 2018, abogado y hermano, respectivamente, de Nabil B, un testigo protegido de la Justicia, se suman a la decapitación de Nabil Amzieb, un joven de 23 años vinculado a una de las mafias parte de la guerra entre narcotraficantes en Países Bajos.
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