Qué sería del Festival de Cannes sin una buena polémica. Todos los años alguna película va marcada con ese sello inconfundible, ese olor a guerra. Estaba claro con Benedetta, la monja lesbiana y lujuriosa de Verhoeven; parecía obvio con el Mektoub, my love: intermezzo de Kechiche y nadie tenía ninguna duda de que la inauguración de este año, Jeanne Du Barry, también sería el centro de todas las miradas. En el caso de la película de Maïwenn había muchos frentes para elegir por qué. Está protagonizada por Johnny Depp, que regresa tras el mediático juicio por difamación (ganado por él) contra su expareja, Amber Heard.