"Odio a mis hermanos. Ellos no tienen que aprender a cuidar de un bebé, ni a una muñeca. Mean de pie. No tienen que esconder lo que les cuelga. Lo sacan cuando quieren, como un arma". Porque pueden, es un poder que les pertenece. Una supremacía que una niña de doce años es capaz de detectar y decidir rebelarse. Su crudo relato escuece como las heridas abiertas y corresponde a Pepa, una de las tres voces narrativas que componen Kudryavka (Perra de pelo rizado) (Alianza), el debut en la novela de Xenia García, con la que ganó el Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones.
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