En 1725, un antiguo soldado serbio llamado Arnold Paole se partió el cuello tras caerse de una carreta. Según rumores, su cuerpo desapareció y, ya muerto, volvió para atormentar y desangrar a los habitantes de Medve?a, un pequeño municipio de Serbia. Es uno de los muchos relatos contados durante la época de las epidemias en las zonas rurales de Europa del este, los cuales, a su vez, dieron lugar a la formación de un mito popular: el de los vampiros.
Fue entonces cuando, a partir de la unión de diferentes supersticiones, la figura de un ser con capacidades sobrenaturales empezó formar parte del folclore.