Cuando el teléfono era un lujo y viajar cosa difícil, entre amistades, seres queridos y familia variada se enviaban postales. Era muy común acordarte de alguien y hacerle llegar una postal graciosa, con algún chiste sencillo, que por detrás se dedicaba y en la que se mandaban recuerdos. La editora Raquel Manchado lleva años investigando la misoginia y la cultura de la violación en el humor gráfico y haciéndose con un arsenal de estas postales. Publica fanzines y libros desde su editorial Antorcha Ediciones e imparte charlas sobre la cuestión.
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